Prevención del resurgimiento de las armas químicas

«Excluir completamente la posibilidad de que se empleen armas químicas»

El objetivo de la Convención sobre las Armas Químicas es «excluir completamente la posibilidad de que se empleen armas químicas». Para ello garantiza la destrucción de todas las reservas existentes de armas químicas y establece un marco —compuesto por una serie de obligaciones vinculantes para los Estados Partes y un régimen de verificación dirigido por la Secretaría Técnica— para garantizar que no resurgen las armas químicas.

Las armas químicas pueden resurgir de diversas formas: por medio de programas promovidos por gobiernos, mediante la actuación de grupos terroristas o u otro tipo de grupos delictivos, o a través de personas que actúan en solitario. Las armas químicas pueden producirse mediante la readaptación de instalaciones químicas existentes o elaborarse a pequeña escala en laboratorios construidos a propósito, o incluso en entornos domésticos. La OPAQ trabaja de diversas formas para impedir que se dé cualquiera de estas posibilidades.

Verificación

Las sustancias químicas tóxicas se utilizan en todo el mundo en numerosas aplicaciones legítimas y pacíficas, pero también pueden emplearse para fines prohibidos por la Convención sobre las Armas Químicas.  Por este motivo, los Estados Partes de la Convención sobre las Armas Químicas deben garantizar que todas las sustancias químicas tóxicas y sus precursores únicamente se destinan a fines no prohibidos por la Convención. Se trata de una obligación muy amplia, que puede implicar una serie de actuaciones en el contexto nacional relacionadas con aspectos como la seguridad química, la penalización de conductas prohibidas y la creación de una Autoridad Nacional encargada de aplicar la Convención.

Como parte de este compromiso, los Estados Partes de la Convención tienen obligaciones relativas a determinadas sustancias químicas tóxicas que se enumeran en esta y que podrían emplearse como armas. Estas obligaciones implican recopilar información presentar declaraciones relativas a estas sustancias químicas, cuya importancia comercial es diversa.

Con arreglo a la información que se recoge en las declaraciones de los Estados, los inspectores de la OPAQ visitan las instalaciones en las que se producen, procesan o consumen estas sustancias químicas con el fin de garantizar que las declaraciones son completas y exactas. Estas inspecciones rutinarias se basan en la cooperación —los equipos de inspección se ocupan de verificar el contenido de las declaraciones y no adoptan un planteamiento investigador—.

 

Control de las transferencias internacionales de sustancias químicas

Los Estados Partes de la Convención también tienen obligaciones a la hora de exportar o importar sustancias químicas enumeradas en una Lista. Existen dos elementos básicos del régimen de la Convención sobre las transferencias internacionales de sustancias químicas: la vigilancia de las transferencias entre Estados Partes y las restricciones al comercio con Estados Partes que no forman parte de esta.

En resumen, las sustancias químicas incluidas en las Listas 1 y 2 únicamente pueden transferirse entre Estados Partes de la Convención. Las sustancias químicas de la Lista 3 únicamente pueden transferirse a Estados no adheridos a la Convención si el destinatario proporciona un certificado de uso final y se compromete a no transferirlas nuevamente. Todas las transferencias de sustancias químicas enumeradas en las Listas deben ser declaradas ante la Secretaría Técnica de la OPAQ.

Inspecciones por denuncia

Las inspecciones por denuncia tienen por objeto clarificar y resolver toda cuestión relativa a un posible no cumplimiento de la Convención sobre las Armas Químicas de un Estado Parte, y son uno de sus elementos más innovadores. En virtud del artículo IX de la Convención, cualquier Estado Parte podrá solicitar a la Secretaría que realice una inspección por denuncia en cualquier lugar del territorio (o bajo la jurisdicción o control) de cualquier otro Estado Parte. Los Estados Partes no tienen derecho a rechazar una inspección por denuncia, sea cual sea el lugar en el que esta deba tener lugar. El artículo IX alienta, aunque no obliga, a los Estados Partes a tratar de clarificar y resolver las cuestiones sobre un posible no cumplimiento mediante consultas antes de solicitar una inspección por denuncia. Las inspecciones por denuncia se caracterizan por el principio de «en cualquier lugar, en cualquier momento»; deben ser emprendidas con muy poca antelación y pueden recaer sobre instalaciones o emplazamientos declarados o no declarados.

Hacer frente a la amenaza del terrorismo

La amenaza del terrorismo que emplea sustancias químicas como armas constituya un importante reto mundial. Hace tiempo que los Estados Miembros de la OPAQ han reconocido la amenaza que representan los agentes no estatales para la Convención sobre las Armas Químicas y han subrayado que la aplicación plena y efectiva de todas las disposiciones de esta constituye de por sí una contribución a las iniciativas mundiales de lucha contra el terrorismo.  Pese a que la Convención sobre las Armas Químicas no fue diseñada específicamente para hacer frente al terrorismo, recoge varias disposiciones que pueden ayudar a los países a controlar el acceso las sustancias químicas tóxicas y los materiales asociados, así como a responder eficazmente si se da el peor de los casos.

Prevención

La clave para prevenir el terrorismo químico radica en garantizar que los terroristas no pueden acceder fácilmente a las sustancias químicas que buscan. La Convención sobre las Armas Químicas requiere a los Estados Partes que adopten «las medidas necesarias» para garantizar que las sustancias químicas tóxicas y sus precursores únicamente se destinan a fines no prohibidos. Aplicar esta obligación implica garantizar la conformidad con los requisitos del régimen de verificación de la Convención con relación a las sustancias químicas enumeradas en las Listas, pero también implica establecer controles, allí donde se consideren necesarios, sobre las enumeradas o las no enumeradas que son susceptibles de ser utilizadas como armas o en la fabricación de armas químicas. El cloro, de uso industrial muy extendido en todo el mundo pero también empleado recientemente como arma química, es un ejemplo de sustancia química no enumerada en las Listas que genera inquietud respecto a la seguridad.

Entre los posibles ejemplos de estas «medidas necesarias» se incluyen políticas destinadas a garantizar la seguridad y limitar el riesgo de desvío de las sustancias químicas vulnerables (como son las sustancias químicas o los precursores de sustancias químicas que puedan ser utilizados por agentes no estatales), incluidos requisitos de declaración y elaboración de informes, códigos de práctica, controles a las exportaciones, etc.

La OPAQ presta asistencia a sus Estados Miembros en esta labor sirviendo como plataforma para el intercambio de buenas prácticas y promoviendo el desarrollo de capacidades.

Respuesta

La Convención facilita el intercambio de información y equipos que pueden contribuir a proteger a las poblaciones de los efectos de un ataque con armas químicas entre los Estados Partes. También dispone que la Secretaría Técnica proporcione asistencia a los Estados Partes que lo solicitan. 

Responsabilidad legal

Una parte importante de afrontar la amenaza del terrorismo químico tiene que ver con garantizar que las personas que planean o llevan a cabo estos ataques responden ante la justicia. La Convención sobre las Armas Químicas requiere que todos los Estados Partes adopten leyes que penalicen todo tipo de conducta que la Convención prohíbe a los Estados (artículo VII). Esto significa que personas y empresas pueden ser llevadas ante los tribunales nacionales si desarrollan, producen, adquieren de otro modo, conservan, transfieren o utilizan armas químicas. La Convención también requiere que los Estados Partes se proporcionen entre sí la asistencia jurídica necesaria para garantizar la responsabilidad legal.

Concienciación por medio de la enseñanza y la divulgación

Una de las formas más importantes en las que trabaja la OPAQ para prevenir el resurgimiento de armas químicas consiste en aumentar el conocimiento y la conciencia sobre las armas químicas, sobre la labor de la OPAQ y sobre los objetivos de la CAQ, además de sobre la importancia de la práctica científica responsable.

Las Directrices Éticas de la Haya

Garantizar la ética de la ciencia para la paz

Para promover una cultura de conducta responsable en las ciencias químicas y proporcionar protección ante un mal uso de la química, un grupo de profesionales de la química de todo el mundo ha formulado un conjunto de directrices éticas basadas en la Convención sobre las Armas Químicas: Las Directrices Éticas de la Haya.

Las Directrices Éticas de la Haya pretenden servir como elementos de los códigos éticos y temas de debate para aspectos éticos que tienen que ver con la práctica de la química con arreglo a la Convención. La OPAQ anima a todas las partes interesadas a que se remitan a estas directrices y las promuevan cuando debatan la dimensión fundamental de la ética con relación al desarme químico y la no proliferación, así como la cuestión más amplia de la conducta científica responsable.

Laureles

Los principales elementos

Los logros en el ámbito de la química deben utilizarse en beneficio de la humanidad y en defensa del medio ambiente.

Sostenibilidad

Sostenibilidad

Los profesionales de la química tienen una responsabilidad especial a la hora de promover y cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, destinados a responder a las necesidades del presente sin arriesgar la capacidad de las generaciones futuras de responder a sus propias necesidades.

Libros

Enseñanza y divulgación

Los centros oficiales y oficiosos de enseñanza, las empresas, la industria y la sociedad civil deben cooperar a fin de dotar a quienes trabajen en disciplinas químicas, entre otros, de los conocimientos y herramientas necesarios para que asuman su responsabilidad en beneficio de la humanidad y en defensa del medio ambiente, y para garantizar un diálogo pertinente y significativo con el público en general.

Bocadillos

Concienciación y diálogo

Los profesores, los profesionales de la química y las autoridades normativas deben ser conscientes de los empleos múltiples de las sustancias químicas, sobre todo de su empleo como armas químicas o sus precursores. Deben fomentar las aplicaciones pacíficas de las sustancias químicas y trabajar para impedir el uso indebido de las sustancias químicas, los conocimientos, las herramientas y las tecnologías científicas, y de los adelantos perjudiciales o poco éticos de las investigaciones y las innovaciones. Deben difundir la información pertinente relativa a la legislación nacional e internacional, los reglamentos, la normativa y las prácticas correspondientes.

Medalla

Ética

Para dar una respuesta adecuada a los retos sociales, en la enseñanza, las investigaciones y las innovaciones se deben respetar los derechos fundamentales y aplicar los principios éticos más elevados. La ética debe concebirse como un modo de garantizar resultados científicos de gran calidad.

Escudo

Seguridad física y protección

Los profesionales de la química deben fomentar que las aplicaciones, el empleo y los adelantos de la ciencia y tecnología sean beneficiosos, alentando y manteniendo al mismo tiempo una cultura sólida de salud, seguridad física y protección.

Molécula

Responsabilidad

Los profesionales de la química tienen la responsabilidad de velar por que las sustancias químicas, el equipo y las instalaciones estén protegidos contra el robo y la desviación, y no se utilicen con fines ilegales, perjudiciales ni destructivos. Deben conocer la legislación y los reglamentos que sean de aplicación y por los que se rijan la fabricación y el empleo de las sustancias químicas, y deben dar parte a las autoridades competentes del uso indebido de las sustancias químicas, los conocimientos científicos, el equipo y las instalaciones.

Supervisión

Supervisión

Los profesionales de la química que supervisan a terceros tienen, además, la responsabilidad de garantizar que esas personas no utilicen las sustancias químicas, el equipo ni las instalaciones con fines ilegales, perjudiciales ni destructivos.

Intercambio

Intercambio de información

Los profesionales de la química deben fomentar el intercambio de información científica y técnica relativa al desarrollo y la aplicación de la química con fines pacíficos.